TENERIFE CANARIAS ESPAÑA 06/11/2009 Comencé la terapia hace apenas dos meses y el cambio en mí ha sido abismal. Soy otra persona, o mejor dicho, ahora soy yo misma porque antes estaba atrapada en un cuerpo extraño… La experiencia me ha parecido tan alucinante porque ha sido en la distancia. Siempre es más fácil para un terapeuta tener al paciente junto a él y poder verle y tocarle. En este caso, no ha podido ser de esta forma, se ha hecho todo online. Por eso el mérito es aún mayor… Conectamos a través del Messenger y cuando estamos lo suficientemente concentrados para ello, comenzamos la terapia. No se requiere tener mucho conocimiento corporal, simplemente la localización de los chakras y disponerse a sentir, abrirse completamente sin ningún temor, estar totalmente dispuestos a percibir todo lo que el cuerpo te quiere decir…. Cualquier persona, da igual la edad, puede decidirse en aventurarse en este tipo de terapia porque no supone ningún riesgo. Sólo hay que seguir unas indicaciones muy sencillas que te las da en todo momento el terapeuta… Si hago un balance de mi vida, yo he estado siempre muy abierta al exterior, a la información que viene de fuera. Pero esto me ha impedido estar atenta, prestar atención, ser consciente de mí misma, darme cuenta de que soy la protagonista; y mi mundo interior, con sus contenidos y sus exigencias, fue quedando relegado por esta prioridad que había aprendido a dar al mundo exterior. De un tiempo para acá, me he dado cuenta que nuestro interior es tan o más importante que el exterior. En nuestro interior está todo porque donde está el problema, es decir la dolencia, ahí mismo, en ese mismo lugar está la sanación. Ese dolor, ese malestar que podemos tener es un aviso de nuestro cuerpo, es su forma para alertarnos de algo y si optamos por tomar un calmante, entonces lo que estamos haciendo es ordenarle al dolor que se calle y que no te moleste más, pero de esta forma, no lo estamos solucionando y la raíz del problema seguirá ahí en tu interior. Agradezco a la vida el haberme dado la oportunidad de comprender todo esto, porque hasta que no lo comprendí, estuve años medicándome… Esta tensión había hecho hasta ahora que mi vida afectiva no haya podido desarrollarse y equilibrarse. Y esto no sólo queda relegado al cuerpo. Nuestra mente también se resiente de ello. A veces, a la hora de solucionar problemas estamos tan tensos, tan complicados, tan «espesos», que nos es imposible encontrar las soluciones adecuadas. La solución verdadera no consiste en medicinas paliativas, sino que consiste en recuperar lo que es el verdadero ritmo natural de nosotros mismos, de nuestra naturaleza, de nuestras funciones. Y para recuperar el ritmo, para restablecer este equilibrio, no hay más remedio que la persona aprenda a descubrirse a sí misma, aprenda a encontrarse a ella misma, aprenda a descubrir cómo funciona, qué es lo que necesita interiormente, y aprenda a encontrar esas fuerzas interiores que tiene de reserva y que habitualmente no aprovecha, esas zonas de tranquilidad, de silencio, las cuales son la base de nuevas energías, de nuevas evidencias y de un nuevo entusiasmo para vivir. La terapia de las que les estoy hablando te ayuda a darte cuenta de ello. A mí me ha ayudado a darme cuenta de todo esto y así he podido encontrarme conmigo misma. Las personas hoy en día tendemos a estar fuera de nuestro eje, pero si de verdad queremos encontrar nuestro equilibrio, tenemos que aprender a abrirnos interiormente. No es tan difícil, os lo aseguro. Esta terapia va a suponer un nuevo reto en vuestras vidas que os llevará a encontraros con vosotros mismos y a sanaros completamente. Entonces el trabajo interior se convierte en un remedio eficaz, absoluto, definitivo, para sanarse esos trastornos funcionales y en general todas las enfermedades que son consecuencia de un modo anormal, no centrado, que son consecuencia de un modo defectuoso de estar en el mundo. Tenemos que entender que todo lo que nos ocurre es mental. Nuestra mente es la única protagonista de ello. Aunque nos cueste creerlo, es así. Yo he tenido la oportunidad de comprobarlo muchas veces. Pero la mente a veces se ve envuelta en mecanismos afectivos que la traban. De tal manera que cuando queremos imponerle el silencio no lo conseguimos; la mente va por su propio camino y adquiere autonomía, y muchas veces nos cuesta trabajo seguirla. Por eso, la mente, que es el medio de conocimiento, el medio de toma de conciencia, como habitualmente funciona con un ritmo acelerado, superficial y distorsionado, se convierte en un obstáculo cuando queremos manejarla para ahondar en nosotros, para contactar con lo que pueda existir de positivo en nuestro interior. Y cuando la persona quiere ahondar se encuentra con que no puede; cuando quiere concentrarse se encuentra con que la mente «se le va», se le escapa. La persona no es capaz de contactar con su propio interior porque nunca se ha interesado por ello, no se ha educado en esta dirección. Con esta terapia yo he aprendido a escucharme sin pensar. Para escuchar no necesitamos pensar, sólo permanecer en silencio y estar atentos. Suena fácil pero no estamos acostumbrados a aplicarlo para escucharnos a nosotros mismos. Si queremos que nuestra vida interior sea realmente vida, tenemos que aprender a ahondar en lo que está vivo: en nuestra mente es la atención, en nuestro campo emocional es el sentimiento y en nuestro cuerpo es la sensación y todas las funciones fisiológicas. Esta terapia lo incluye todo, eso es lo que la hace tan maravillosa. Si sólo se centrara en un aspecto de nosotros sería incompleta, porque las personas no somos sólo cuerpo, o sólo emociones…, formamos parte del todo. Con esta terapia puedes conectar con tu interior. A mí me ha resultado una experiencia maravillosa el permitirle a mi cuerpo que hable, que exprese lo que tanto tiempo ha mantenido oculto… Es así de fácil, porque tras ello viene la sanación física, emocional, mental y espiritual. En varias ocasiones he comenzado la terapia con mucho dolor y con muy poca energía. Por mucho que yo cuente mi experiencia, nunca va a ser igual porque es tan maravilloso lo que se siente, que yo recomendaría a todo el mundo que lo probase. Esto hay sentirlo en ti mismo, en tu propio cuerpo. Puedes incluso llorar de la emoción de ver cómo tu cuerpo reacciona y llega a la sanación al concluir la terapia. Comenzamos por cada chakra, uno a uno, con mucho detenimiento e intentando percibir todo lo que el cuerpo quiera expresar en ese momento. Todo es importante, no debemos omitir nada. Cuando el cuerpo va reaccionando comienzas a sentir cosquilleo, calor,…… y un largo etcétera. Esa es la indicación de que vamos por buen camino porque la energía comienza a fluir y gracias a la terapia, los bloqueos van poco a poco desapareciendo hasta sentirte completamente vital y con la energía equilibrada. En una de las sesiones llegué a sentir un ligero pinchazo en la columna, justo donde tenía la dolencia, al preguntarle al terapeuta éste me tranquilizó en seguida diciéndome que ese era el indicativo de que esa parte de mí se había liberado. Por supuesto el dolor desapareció completamente. Me puse de pie, me agaché, me moví todo lo que quise pero el dolor ya no estaba. Es algo mágico, es una sanación total. Pero la terapia va aún más allá, no sólo se limita a quitarte la dolencia que puedas sentir a nivel físico en ese momento. Cuando llevas varias sesiones, vas sintiendo un gran crecimiento en todos los sentidos, físico, emocional, mental y espiritual. En ese momento te vas dando cuenta de que eres otra persona y cuando te das cuenta de ello, la felicidad te inunda por dentro y por fuera. lolygarcia29@yahoo.es